HOMENAJE A MARCEL-LÌ PÉREZ
Fusilado en Paterna en 1939
Quedó reflejada en el río
su imagen
para siempre.
Su mirada cautiva entre los sueños
destelló en el agua del puerto,
su voz
se hizo ovillo de dolor y locura
en el alma de Amparo,
Y cuando sus manos desaparecieron
dejaron vacías
las manitas
de Carmen y su hermano.
No llegó el indulto a tiempo
no debía.
Cumplieron tan escrupulosamente
el mandato
que dos hombres,
llamados casi igual
cayeron
y fueron enterrados juntos,
en el laberinto del horror
del fin de la guerra.
Quedaron indicadas sus palabras
escritas a prisa
por este sabio hombre de treinta años.
No quiero monumentos
ni calles.
Sólo
La justicia
Y el amor
No olvidéis luchar
Por un mundo más feliz
Compañeros, hermanos portuarios,
No olvidéis luchar.
Y que no haya sangre.
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