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La lectora impaciente

AHORA

El lunes coloqué la bandera roja que envolvía tu urna sobre la barandilla del puente de madera. El agua del Lozoya saltaba con fuerza sobre la pequeña cascada, a mi lado todos los que te querían tanto: tus hijos, nuestra hija adoptiva y su marido, tu hermana, muchos amigos.
Levanté lentamente el puño, como le enseñaste a Irene, tu nietita, la última vez que la hiciste dormir la siesta. Con tu hijo fui esparciendo tus cenizas sobre el río, hice lo que dijimos que haríamos si nos pasaba algo.
Volver a la tierra, al agua.
Ahora estoy en nuestra casa, te veo sentado en el sillón leyendo El País o el libro de Bryce Echenique, el que dejaste sobre la mesita de noche, o haciendo crucigramas.
Te veo, amor mío, te siento en cada uno de los objetos, oigo tu voz - más arriba, al costado - cuando fuimos colgando cada uno de los cuadros hace sólo tres meses y medio en nuestra nueva casa: el retrato de Pablo Iglesias, el Kandinsky, el grabado de Nelly...
Y ahora .........

1 comentario

kake0 -

¿ Ayudara pensar ( o sentir )que hay vida en EL MAS ALLÁ ?