RETORNO
Recuerdo que apenas pude hablar, sólo un espacio blanco y voces lejanas.
Un primero de agosto que no olvidaré.
Me pasó justo lo que no debía suceder "tener una neumonia".
La he superado gracias a la atención de la Doctora Fernández, a los mimos y cuidados del personal de la cuarta planta del Hospital de Gandía y gracias a Rosa y Dominique, que no me dejaron un instante, a Silke que pasó todo un fin de semana a mi lado, a la preocupación constante de Elizabeth. A los deseos de José Luis Arnal, mi gran amigo el Presidente de la Casa de la Música y Mary Carmen Girau, la cantautora y gran amiga que me fueron llamando a lo largo de los diferentes lugares que pasaban.
Pili y Carmen dándome fuerzas aunque no oían mi voz y mi cuñada Carmen asustadísima por mi situación.
Recuerdo las visitas de Ade y Sixto.
Ade, una especie de ángel que se ocupó de que encontrara mi casa perfecta después de tantos días de ausencia y con sus miles de tareas siempre encuentra un segundo para llamarme o para venir a verme.
La gran charlatana Adriana perdió su voz, no pudo hablar durante dos semanas.
Ahora lentamente me voy recuperando, me cuesta mucho y espero estar pronto lo suficientemente fuerte para poder seguir agregando poetas y artistas a la sección Mis amigos, y poder convocar mis certámenes.
A todos los que me dieron fuerzas en estas difíciles circunstancias, gracias.
Un primero de agosto que no olvidaré.
Me pasó justo lo que no debía suceder "tener una neumonia".
La he superado gracias a la atención de la Doctora Fernández, a los mimos y cuidados del personal de la cuarta planta del Hospital de Gandía y gracias a Rosa y Dominique, que no me dejaron un instante, a Silke que pasó todo un fin de semana a mi lado, a la preocupación constante de Elizabeth. A los deseos de José Luis Arnal, mi gran amigo el Presidente de la Casa de la Música y Mary Carmen Girau, la cantautora y gran amiga que me fueron llamando a lo largo de los diferentes lugares que pasaban.
Pili y Carmen dándome fuerzas aunque no oían mi voz y mi cuñada Carmen asustadísima por mi situación.
Recuerdo las visitas de Ade y Sixto.
Ade, una especie de ángel que se ocupó de que encontrara mi casa perfecta después de tantos días de ausencia y con sus miles de tareas siempre encuentra un segundo para llamarme o para venir a verme.
La gran charlatana Adriana perdió su voz, no pudo hablar durante dos semanas.
Ahora lentamente me voy recuperando, me cuesta mucho y espero estar pronto lo suficientemente fuerte para poder seguir agregando poetas y artistas a la sección Mis amigos, y poder convocar mis certámenes.
A todos los que me dieron fuerzas en estas difíciles circunstancias, gracias.
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