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La lectora impaciente

ANIVERSARIO

Hace un año.
A esta hora, hace un año, subíamos nuestras pertenencias al camión de la mudanza, mientras Pablo cantaba ayudándonos.
Tú, Pirucho mío.
Tenías miedo. Era empezar una vida nueva en un espacio desconocido y te alejabas de tus hijos 400 km.
Habías esperado hasta último momento que se despidieran y dijeran que pronto estarían viéndote en la nueva casa.
Abrazamos a Lucrecia, nuestra querida vecina. Preparamos la comida de nuestros gatos, ya habían formado familia y se quedarían en el pueblo y emprendimos nuestro viaje.
Cuando llegamos a lo alto del valle, nos detuvimos. Cuánto habíamos vivido en ese paisaje de verdes, agua y nieve.
Dejábamos amigos incuestionables.
Tenías 68 años y debías volver a empezar. Te dolía el trance pero no teníamos otra posibilidad y gracias al apoyo de Inma e Hilario y Silke, Pablo y Marcela podíamos hacerlo.
Cuando llegamos, una lluvia torrencial ocultaba nuestro nuevo valle con salida al mar.
Y, en pocos días, ya tenías amigos y te sentías feliz gozando del calor y de tu balcón con vistas a la montaña.
Un año ha pasado.
Sé que fuiste feliz durante dos meses y medio, aunque no pudiste compartir esa felicidad, de ir por los senderos de naranjos, con tus hijos y nietos.
Ahora, saldré a caminar por los senderos, con Pocholo, el perrito fiel, y recordaré los maravillosos momentos que vivimos juntos.

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