Otro año, otra vida
Mañana cumplo 59 años.
Como decía en mi pequeño relato para Almiar, sigo atando melones a mi bici y riéndome de la vida.
Me siento joven, llena de proyectos.
Me siento vieja, llena de experiencias.
Me siento amada, José Mary me lo dice todos los días y mis amigos y mis hijos adoptivos me llaman constantemente.
Mi nieta Irene espera construir conmigo castillos de arena en la playa mientras sueño cómo será su hermanito o hermanita que nacerá dentro de ocho meses.
Iziar me cuenta cosas de la piscina y Miriam ronronea con su año y medio.
Y encenderé una vela en agradecimiento a todos los que me ayudan cotidianamente para que mi vida sea más fácil.
Miro la fotografía, febrero de 1951, estoy con mi hermana mayor y mi hermano pequeño en Mar del Plata. Tengo cinco años, mi hermana, ocho y mi hermano casi dos.
Como decía en mi pequeño relato para Almiar, sigo atando melones a mi bici y riéndome de la vida.
Me siento joven, llena de proyectos.
Me siento vieja, llena de experiencias.
Me siento amada, José Mary me lo dice todos los días y mis amigos y mis hijos adoptivos me llaman constantemente.
Mi nieta Irene espera construir conmigo castillos de arena en la playa mientras sueño cómo será su hermanito o hermanita que nacerá dentro de ocho meses.
Iziar me cuenta cosas de la piscina y Miriam ronronea con su año y medio.
Y encenderé una vela en agradecimiento a todos los que me ayudan cotidianamente para que mi vida sea más fácil.
Miro la fotografía, febrero de 1951, estoy con mi hermana mayor y mi hermano pequeño en Mar del Plata. Tengo cinco años, mi hermana, ocho y mi hermano casi dos.
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